Filósofos desde el kinder
La educación tradicional a menudo subestima la capacidad de los niños para reflexionar y filosofar, relegando estas actividades a etapas más avanzadas de la vida. Sin embargo, en nuestra metodología “Mil Aprendizajes por Página” (Eme, A, Pe, Pe), consideramos que la filosofía es un componente esencial del aprendizaje desde la infancia, porque cada niño nace con una curiosidad innata y un deseo de comprender el mundo que lo rodea.
Desde el kínder, fomentamos en los niños el hábito de hacerse preguntas importantes, de investigar, y de buscar respuestas que los conecten con su entorno. Queremos que se cuestionen cosas tan fundamentales como el espacio, el tiempo, el arte y la naturaleza. Al abordar temas de manera lúdica, permitimos que los niños exploren conceptos complejos de forma sencilla, vinculando sus experiencias cotidianas con preguntas profundas que alimentan su crecimiento intelectual y emocional.
Nuestra metodología busca transformar cada rincón del aula en un espacio de diálogo y pensamiento crítico. No se trata solo de aprender hechos y cifras; se trata de comprender el por qué y el cómo detrás de cada cosa. Animamos a los niños a expresar sus ideas, a disentir respetuosamente y a escuchar otras perspectivas. Con ello, no solo promovemos habilidades sociales esenciales, sino que también formamos individuos con una gran capacidad de empatía y reflexión.
Incorporamos, además, elementos de arte y juego en el proceso filosófico. A través de actividades como la pintura, el teatro y la música, los niños exploran los temas de manera multisensorial y adquieren herramientas para expresar sus propias percepciones y emociones. Creemos que el arte y el movimiento ayudan a materializar las ideas abstractas, haciendo del pensamiento crítico una experiencia activa y tangible.
Con “Filósofo desde el kínder” buscamos que los niños se familiaricen con la reflexión y el cuestionamiento, habilidades que seguirán cultivando a lo largo de su vida. Así, nuestros estudiantes no solo se convierten en aprendices activos, sino también en pensadores sensibles y comprometidos con su propio desarrollo y el de su comunidad. Queremos que cada niño lleve consigo una chispa de curiosidad, para que crezca siempre cuestionando y descubriendo, sin perder la maravilla con la que ven el mundo.